Entrevista a Mariana Esposito en la revista 47 Street

Se define como responsable, optimista y algo inconsciente. Tiene 18 años pero una larga experiencia como actriz y un futuro casi asegurado.

Es una de las caras de la tira más exitosa de la tarde, Casi Ángeles, ídola de muchos, pero no se la cree ni un poquito. Te invitamos a descubrir a Mariana Espósito, un verdadero canto a la vida.

Lali, la chica de Banfield, se pone todas las tarde en la piel de Mar, su personaje de Casi Ángeles, despertando suspiros tanto de la platea femenina, como de la masculina. Es talentosa y muy profesional, como quedó demostrado en una producción que fluyó, donde hubo tiempo para trabajo, pero también para los chistes y la buena onda.

Entre medialunas y gaseosas, Lali charló con 47 street, dejándonos entrar a su maravilloso mundo...¡Disfrutalo!

Empezaste en Rincón de Luz, Chiquititas, después llegó Floricienta y más tarde tu gran salto con Casi Ángeles:

¿qué representa para vos ser una de las protagonistas del mayor éxito de la TV Argentina?
Al estar desde el principio, mis compañeros y yo, no nos damos cuenta de que en esta temporada somos lo protagonistas. Tenemos la misma entrega y la misma responsabilidad que al principio. Solo nos cambió el tiempo, porque trabajamos mucho más, ya que ahora somos la cara del producto. Me encanta lo que está pasando pero no lo siento mío, cuando alguien me reconoce no siento que es a mí. Amo la tira, bailar y cantar, y es tanta la emoción que hasta no lo entiendo. Creo que lo disfruto tanto porque soy un poco inconsciente.

¿Alguna vez paraste un segundo y te pusiste a reflexionar en todas las cosas lindas que viviste con la tira?
No me da el tiempo. Es tan vertiginoso todo que no hay tiempo para reflexionar. Creo que el único momento es cuando me acuesto a dormir. Ahí si me pongo a pensar, sobre todo estando de gira. Nosotros estuvimos en Israel 5 días. de ahí nos fuímos a Madrid. En un día estuvimos trabajando en 2 paises diferentes y cuando en España me acoste a dormir dije... ¡qué loco todo esto!

En ese ritmo tan acelerado en el cual estás inmersa, ¿cómo haces para desprenderte de tu personaje y distenderte?
Entra mucho en juego la familia. Mi familia me baja, hablamos de otras cosas, de lo que los demás hicieron en el día. Lo que yo hago es parte de la vida de todos pero tampoco es lo único, nunca se le quitó importancia a lo que hacían mis papás o mis hermanos. Mi familia me ayuda a mantener los pies sobre la tierra.

¿Dónde encontrás esa paz y serenidad que en el trajín del día a lo mejor no podes lograr?
Te vas a reír, pero es un momento muy groso cuando llego a casa y me encierro en el baño. Al lado de mi cuarto, tengo un baño muy grande que tiene un silloncito, entonces me instalo ahí, ¡estoy más tiempo en el baño que en mi cuarto! Ahí leo el libreto del día siguiente, leo libros, hago de todo. El baño es mi refugio y la paso bomba. También me hace bien estar con mi hermana, charlar con ella de otras cosas. Yo soy la más chica de 3 hermanos: mi hermana Ana Laura tiene 23, mi hermano Pato cumple 20 y yo, de 18. Con ellos tengo una gran relación.

Hablemos de la cuarta temporada...
Leo los libros antes de grabar y no puedo creer la imaginación que tienen los autores. No es fácil hacer 4 años una misma tira y que se te sigan ocurriendo cosas diferentes. Si mirás los 4 años te vas a dar cuenta de que son distintos en cuanto a la estética, el pelo, la ropa y la historia. Lo bueno de este año es que parece otra novela. Existe un hilo, pero dan un giro muy inesperado y loco. se habla de lo que va a pasar en el 2030, que no hay agua, hay guerras, un grupo que resiste a la miseria y otro grupo que vive en una burbuja. Se habla de un mundo devastado y personas que creen que con la tecnología se puede volver a crearlo. Y obvio que siguen estando las historias de parejas entre los chicos. Hasta a mi me pasa que me da intriga y quiero saber lo que va a pasar al día siguiente. Me siento muy motivada.

¿Cómo es un día en tu vida?
Me levantó temprano, a las 5.30 porque vivó en Banfield y a las 8 en punto tengo que estar lista, peinada y maquillada para empezar a grabar. Grabamos toda la mañana y paramos a almorzar al mediodia. Me encanta ese momento porque nos sentamos todos en una mesa grande en el bar de Pampa, donde grabamos. ¡Es muy divertido! después grabamos toda la tarde y cuando termino, a las 18 hs, siempre tengo clases de canto y de danzas contemporáneas. ¡A mi casa llegó a la noche! Antes, cuando iba al colegio era agotador. Tuve mis momentos de sentirme colapsada pero soy muy responsable y no lo sufro, me encanta. Desde chica aprendí lo que es la responsabilidad. También soy muy autoexigente y autocritica y cuando me veo en las escenas siempre pienso que lo podría haber hecho mejor. Pero con el tiempo aprendo a permitir equivocarme.

¿Qué hacés los fines de semana?
¡Trabajó! Surgen giras todo el tiempo. En marzo fuímos a Israel y España, y ahora vamos a Perú . Pero cuando estoy libre me escapó con mi mejor amiga, salgo a comer y no soy mucho de ir a bailar. Si el fin de semana quiero ir al shopping a comprarme algo me lo tomo con mucha calma, ¡es complicado! Cuando se me acercan con buena onda me encanta, me saco fotos y está todo bien. El problema es cuando los demás no se dan cuenta que sos una persona normal. No me molesta porque si no fuese por esa gente no seríamos nadie. ¡Peter no se como hace! Las chicas se le tiran encima literalmente, no puede caminar por ningún lado.

Recorriste varios lugares del mundo de gira con Teen Angels: ¿qué sentís al saber que sos idola de alguien que vive en el otro lado del mundo?
Es muy loco, tan fuerte que no lo entiendo. Te escriben cartas en castellano y lo hablan por mirar la novela. Me han mandado cartas de enfermos terminales, diciendo que cuando escuchan mis canciones es el único momento que se alegran en el día. Eso me emociona, es difícil de explica.

¿Cómo se hace para no marearse con la fama?
Desde los 10 años que trabajo con Cris, con lo cual hace muchos años que conozco a la misma gente y ya son como mi familia. Creo que ellos me hubiesen dicho si me veían rara, pero siempre los productores me han marcado que me ven centrada y eso tiene mucho que ver con la familia. También tiene que ver con qué es lo importante para uno: para mí es importante haber descubierto mi vocación desde tan chica cuando hay gente que nace y muere sin saber que le gustó. Yo encontré lo que me apasiona y no me muevo de eso. Disfruto de una foto o de una escena, como si fuese la última y, además, sé que la fama es algo muy efímero, no tiene peso. Nunca me olvido de ser persona, antes de famosa soy un ser humano.

¿Cómo venimos de amores?
Estoy soltera y muy bien. Creo que no me daría la cabeza para todo.

¿Qué es lo que te enamora de un chico?
Tengo que tener un tema de conversación. Puede ser el chico más lindo del mundo pero si nos ponemos a hablar y no hay química ni contenido, no me gusta. Me gustan los chicos más grandes, que me hagan reír, que tengan sentido del humor y que puedan mantener una charla.

¿Qué te gustaría hacer cuando Casi Ángeles llegue a su fin? ¿Te da miedo pensar en eso?
Me da miedo porque estoy muy cómoda pero sé que un día se va a terminar, por eso lo disfruto día a día. Cuando termine será un recuerdo maravilloso y vendrá algo nuevo. Todo es experiencia. Si un día hago un punto de rating y yo estaba acostumbrada a hacer 18, hay que ponerle la misma garra siempre. Así es la profesión del actor.

Una virtud...
Le busco lo positivo a todo, en la peor situación intento sacar lo mejor, la parte buena. Soy muy optimista.

Un defecto...
¡Soy muy cabeza dura! Y hablo mucho, aunque eso no sé si es un defecto...